Ellos pierden mas que yo,
puedo creer en el lugar y el tiempo,
ellos pueden detenerse en aquello
no es un secreto permanecer quieto
caminar solo es un aliento
y guardar los vuelos del corazón.
Todos vamos muriendo
nos detenemos en palabras.
Me escribo sino escribo
los miro sin despertar.
Ellos sienten cuando todo se deja de alucinar
como el arcoiris monocromático
de las lágrimas de un volador.
El alma solitaria de los cuerpos del mar,
son dos, mis principios inmorales de amor.
Si ruego y me siento a ver como imitan
la paciencia que es absorvida,
dejando todo sin silenciar.
Quemando mas que sombras
bajo toda luz de dolor
alma por alma
y recreando sin animadversión.
Los círculos de cadáveres
recordando todos los nombres
sin memoria, sin calor.
lunes, 20 de agosto de 2007
domingo, 12 de agosto de 2007
Lo que dicen aquellos
A donde viajan las miradas ?
Todas viajan a las manos de un buen pintor.
Tal vez, a la vida misma de la simple felicidad.
Pero,
a donde van las manos?
A donde van los cuerpos al descender ?
Dicen algunos ancianos
que el cuerpo muerto no se deja caer.
Todas viajan a las manos de un buen pintor.
Tal vez, a la vida misma de la simple felicidad.
Pero,
a donde van las manos?
A donde van los cuerpos al descender ?
Dicen algunos ancianos
que el cuerpo muerto no se deja caer.
Aves dibujadas.
En la pizarra habitan dos aves
como la llave de Eliza
en la pizarra y una cortina vieja,
al mediodía opaco de polvoriento aire.
Todos se detienen a observar
a las bordeadas aves,
sucias de imaginación.
En la pizarra vieja habitan dos aves,
que imitan al trazo de un delineador
y todo vuelve a empezar.
Personas,
pálidas aves
de mitad acorazadas
muertas
por la mano del delineador.
El agua donde reposa cada una
solo es la misma vieja pizarra sin esplendor.
como la llave de Eliza
en la pizarra y una cortina vieja,
al mediodía opaco de polvoriento aire.
Todos se detienen a observar
a las bordeadas aves,
sucias de imaginación.
En la pizarra vieja habitan dos aves,
que imitan al trazo de un delineador
y todo vuelve a empezar.
Personas,
pálidas aves
de mitad acorazadas
muertas
por la mano del delineador.
El agua donde reposa cada una
solo es la misma vieja pizarra sin esplendor.
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