
La madera cubierta
y el metal oxidado suenan,
las paredes tiemblan
y los ojos sudan.
Cae el pequeño en basura,
cae el mundo sin dulzura,
las mujeres gritan
y los pequeños caen en basura.
Los papeles vuelan,
en las sabanas,
en cajas,
en nada.
Las escaleras,
los pasamanos,
las rejas,
todas negras.
Y la huida sin casa,
que cada niño
en los hombros carga.

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